En el proyecto educativo se destaca la presencia de Cristo que es el fundamento: “El revela y promueve el sentido nuevo de la existencia y la transforma capacitando al hombre a vivir de manera divina, es decir, a pensar, querer y actuar según el Evangelio, haciendo de las bienaventuranzas la norma de su vida”
El Por Qué del Nombre
Para hablar del nombre de nuestra Escuela, debemos referirnos, sin duda, a San Eugenio de Mazenod, fundador de la Congregación, y a los valores del carisma que han inspirado su obra.
Eugenio de Mazenod, sacerdote formado en el seminario de San Sulpicio de París, fundador de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), nació en Aix-en-Provenza, en la zona sur de Francia, el 1 de agosto de 1782, siendo descendiente de una familia de aristócratas franceses.
Fundó en el día 25 de enero de 1816 a los Misioneros de Provenza, más tarde llamados los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), su máxima obra, que fue aprobada con ese nombre por decreto papal del Papa León XII en el 17 de febrero de 1826, y de la cual, el Padre De Mazenod fue su primer Superior General. En 1832, fue designado Obispo de Marsella, su principal misión como prelado, fue amparar a los más pobres y desamparados y a difundir el santo evangelio por toda Francia, a través de los Oblatos de María Inmaculada.
Murió en Marsella, el 21 de mayo de 1861, a la edad de 79 años, fue beatificado por el Papa Pablo VI en 1975 y canonizado por el Papa Juan Pablo II, el 3 de diciembre de 1995. La festividad en su honor, se realiza el 21 de mayo en conmemoración de su deceso.
Es así que el nombre de la Institución hace referencia a un emblema de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (O.M.I.) quien fuera el fundador de la congregación y el único canonizado. El legado y lema que fundamenta la actividad de la institución es “practicar entre vosotros la caridad, caridad, caridad; y fuera el celo por la salvación de las almas” (Testamento de la última voluntad de San Eugenio de Mazenod).